Que las redes sociales nos han abierto una puerta a la comunicación, sea de la forma que sea, es algo innegable, y este es sin duda uno de los principales puntos positivos que podemos sacar de ellas, sobre todo cuando se trata de expresar nuestros pensamientos, nuestras
emociones. Nos sirven para desahogarnos y también para dar a conocer facetas nuestras que sin ellas, posiblemente quedarían relegadas a un cajón de nuestro escritorio. Nos sirven para dar rienda suelta a nuestra imaginación y a nuestros sueños, para tener una vía de escape muchas veces de nuestra rutina gris. Nos sirven para unirnos con la gente, más todavía durante este
último año marcado por la pandemia. En definitiva, nos sirven para comunicar.
Esto es precisamente lo que le ha pasado a Iván Silva, ganador del primer premio en la categoría de Narrativa de los Premios Provinciais á Xuventude que otorga cada año la Diputación de Pontevedra con su relato corto “O mundo dos seus ollos”.
Iván comenzó a escribir en un blog allá por el año 2005, con 19 años. No escribía para nadie ni con la finalidad de que la gente lo leyera, simplemente para él. Por aquel entonces estaba dejando atrás la adolescencia, esa época tan convulsa de preguntas sin respuesta y comenzó a escribir acerca de sus preguntas, reflexiones, temores y sueños, tal y como el mismo señala “desnudándome sin desvestirme, era consciente
de que eso estaba publicado en internet y de que era accesible a cualquiera por lo que todo lo que quería decir lo escribía difuminado, ahí empecé a entremezclar invención con realidad, y hasta hoy”.
Sus relatos están influenciados por la obra de dos autores, Juan José Millás y Jose Luis Alvite.
Ambos escribían en el Faro de Vigo y era lo primero que Iván leía en el periódico. De Juan José Millás señala: “me encanta como nos habla de la cotidianidad, de las pequeñas cosas como él dice”. Alvite lo ha dejado más marcado, “su forma de escribir descarnada y sus ambientaciones de barras de bar, humo y almas descarriadas fue lo que adopté yo también creándome mi
particular desagüe, que es como llamo yo a ese bar donde confluimos almas de todo tipo, historias con dolor detrás, la gente que viene marcada por una vida agitada y dura”.
Para Iván, la inspiración es algo que tiene que surgir, y como tal, puede surgir en cualquier momento, por ejemplo, nos confiesa que el relato con el que participó en el certamen de la Diputación de Pontevedra lo escribió a raíz de un paseo de domingo en el que acabó delante de una casa que le llamó la atención. Cuando le preguntamos sobre si piensa en la repercusión que
puede tener lo que escribe, contesta que le gusta la idea de que el mismo relato sea diferente para cada persona. Los protagonistas de sus relatos se identifican por su inicial y no por su nombre, “escribo situaciones que luego cada lector pueda llevar a su terreno, a sus calles o ponerles el nombre que quieran, quiero que un relato tenga tanta parte mía como parte del
lector”.
Todos estos relatos están en su perfil de Instagram (@talivan.official), “creo que las redes sociales son un escaparate inmejorable de auténticos talentos, incluso la gente ahora tiene las herramientas para editar su propio libro y lanzarlo en versión digital. El expandir la lectura siempre
me parece un acierto, crear un mundo, una realidad, con las sensaciones que te puede provocar y querer que la gente sienta lo mismo que tú abriéndole las puertas de lo que has creado me parece uno de los actos más bonitos y generosos que puede haber” nos cuenta.
Llegando al fin de la entrevista es de recibo preguntarle por sus metas y sueños. Una de sus grandes ilusiones sería entrar en una librería y ver en una estantería un libro suyo, aunque asume que a la tarea no le falta complejidad, “crear un libro me parece una tarea titánica, generar de la nada un mundo que se desarrolle durante tantas páginas y mantener el interés del lector en todo
ese tiempo me parece impresionante. Un escritor tiene que ser muchas personas en uno, generar diferentes formas de pensar y polarizarse, un ejercicio de desdoblamiento y de hacer creíble cada personalidad. Yo que soy más de relato corto es lo que más envidio de los escritores de novelas”.