El arte y la ciencia siempre se han considerado ramas antagónicas. En la educación de hecho están separadas las letras y las ciencias, y en el intermedio de ambas, las denominadas ciencias sociales. Dos campos paralelos, con objetivos diametralmente diferentes.

Por ello, cuando Alejandro López Casás, al que recordaréis por el artículo «Mural por la igualdad« (si haces clic en el título accederás directamente) en el que hablamos de su obra realizada en el muro situado en la zona de skate de Moaña, nos dio la noticia de su nuevo proyecto esta vez en la ciudad de Granada, fundiendo estas dos ramificaciones del conocimiento y Ligione Magazine se interesó por conocer todos los detalles.

El proyecto nace de la iniciativa de Smart EcoMountains (comunidad científica de la UGR) de fusionar arte y ciencia con los alumnos del Colegio Fuentenueva de Granada.

Después de las charlas de divulgación científica en el colegio por parte de personalidades como Miguel Delibes de Castro, Alejandro realizó talleres con más de cuatrocientos integrantes en los cuales analizaban y recababan el conocimiento adquirido en las charlas previas relativas a las formas, la flora y la fauna propias de Sierra Nevada y la biodiversidad de sus ecosistemas.

El mural recoge varios elementos florales autóctonas de la zona Siemprevivas, dedaleras, la violeta de Sierra Nevada, la estrella de las nieves (el símbolo del Parque de Sierra Nevada), amapolas de propias de la citada sierra y acónitos; entremezclados con otros de carácter animal: marinos, terrestres (como la cabra montés, habitual de las altas cumbres) y aves.

Para los talleres, se dividió a los cuatrocientos artistas en grupos con los que de manera individual se iba dibujando in-situ, en diferentes superficies desde papeles, hasta paredes y suelo, elementos que conformarían el muro final, siempre utilizando la técnica de libre de expresión. A lo largo de las numerosas sesiones de taller se decidían además de las formas a dibujar, texturas y colores, y tras conseguir un diseño, se organizó al grupo en su totalidad para que pintasen, todo este proceso fue paralelo a la de preparación de la pared por parte de Alejandro Casas.

Todo ello, con la finalidad de crear un mural de ciento cuarenta metros cuadrados (140 m2) con intención divulgativa y con el objetivo de que en un futuro se realizasen estudios sobre las especies congeladas en la obra realizada. Además del mural, en la actualidad se está trabajando también un libro de género científico para su posterior estudio por parte de las nuevas generaciones.

En fases sucesivas, ya proporcionado el diseño en la pared, se procede a dar color y vida y su posterior pintado; organizar la logística de materiales y grúa. Terminado el mural los alumnos por grupos procedieron a rubricar la obra.

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