Adriana Escudero (@adrianaescuderoperez), Alba Bernal (@albabern1), Isabel Soidán (@isafeeling16), Rebeca Bernárdez (@reberndz) y Romina Malceñido (@roomimisa) son cinco bailarinas gallegas a las que el amor por el baile ha unido, no sólo profesionalmente como grupo sino también a tener una duradera relación de amistad.
Se conocieron en una academia de danza y tiempo después comenzaron a bailar juntas como grupo en competición y a trabajar en otros proyectos, “nos sentimos cómodas trabajando juntas y nos gusta que nuestro freestyle se vea reflejado en lo que hacemos, es decir, que en todo lo creado haya una pieza personal de cada una”.

El Hiphop es la danza con la que más se sienten representadas y ésta forma parte de una cultura compuesta por diversos elementos del arte (MC, DJ, breakdance o graffiti). Suelen acudir a Faro Urbano, en Valladolid, un evento que es un gran ejemplo de representación de la cultura urbana.
Les encanta trabajar juntas y no tardan en apuntarse a cualquier proyecto que pueda surgir y tienen como objetivo seguir entrenando, crear un show o viajar para optimizar su formación en danza y por supuesto no perder el contacto entre ellas.
Adriana Escudero, 27 años.
Comenzó con tres años a bailar muñeiras, sevillanas y al mismo tiempo teniendo clases de expresión corporal. Con quince años, una amiga le planteó la idea de apuntarse a una academia en la que enseñaban hiphop y desde ahí, nunca dejó de practicarlo.

Sus últimos años de Instituto en Vigo y durante toda la carrera universitaria en Alcalá de Henares, estuvo en dos academias distintas, en ambas trabajaban en base a coreografías que aprendían en un par de semanas y en las que se incluían diferentes estilos urbanos (hiphop, house, locking, wacking…).
A los veinte años entró en su primer grupo de competición, “en esa época aprendí mucha disciplina a la hora de limpiar mis movimientos y entendí lo difícil que es encajar en un grupo sin perder tu personalidad a la hora de bailar”.
Volvió a Vigo con veintidós años y entró en otra escuela en la que el hiphop se enseñaba como una cultura en la que el freestyle era una parte esencial. Desde entonces, ha estado entrenando en academias, en jams o en eventos intentando desarrollar su baile de distintas formas.
Ahora mismo se encuentra centrada en el hiphop, disciplina con la que más disfruta con diferencia ya que se siente muy cómoda, aunque también practica wacking y house.
“El baile es algo básico en mi vida desde que soy pequeña y aunque nunca me lo he tomado como una profesión ni he pensado en él como mi forma de ganarme la vida, sí que lo veo como algo fundamental que me ayuda a sobrellevar todo lo demás. Nunca me falla como forma de evadirme cuando estoy demasiado preocupada o estresada en mi vida personal o profesional…”
Adriana ha participado en competiciones de baile y en algún vídeo de Youtube. En la actualidad, está realizando un doctorado en Biología Molecular en la Universidad de Santiago de Compostela y estudiando a tiempo parcial la carrera universitaria de Medicina. Uno de sus propósitos es continuar formándose tanto en hiphop como en house o quizás también empezar a experimentar con el baile contemporáneo.
Alba Bernal (Bernal), 25 años.
Desde pequeña ha realizado muchas actividades como piscina, baile gallego, piano o patinaje artístico. Comenzó a bailar con catorce años con sus dos mejores amigas y dio el paso a apuntarse a una escuela de danza.
Se considera bailarina de hiphop a pesar de haber recibido clases de otros estilos y se siente identificada con aspectos de esta cultura. También se ha llegado a sentir cerca de otras danzas como: el wacking o el locking y sin olvidar que también baila lindy hop, un estilo originado en los años veinte que se baila con música swing (jazz).

“La danza también fue mi medio de expresión y gestión de emociones, siendo la forma en la que me comunicaba sin decir ni una palabra. Gracias a la danza he vivido experiencias únicas y he conocido a muchas personas con las que he podido disfrutarla y compartirla, además de conocerme mucho más a mí misma.”
Actualmente, el baile es una afición para ella pero sí que ha sido también su profesión. Comenzó a ser profesora de danza a los dieciocho años y estuvo dando clases extraescolares de danzas del mundo en un centro educativo de Porriño, al año siguiente estuvo de profesora de hiphop y competición en una escuela de Vigo, otra de Portugal y, por último, en el Municipio de Marín.
Ha participado en algunos proyectos como el comienzo de una compañía de danza teatral, bailar en homenaje a la cultura urbana en un museo o bailar en algún videoclip. Una de las experiencias más relevantes para ella, fue una actuación de tres shows largos en Zamora junto a cinco bailarines/as más, entre ellos/as Rebe (Rebeca Bernárdez).
“Cabe resaltar la dedicación en tiempo, esfuerzo, compromiso y recursos que destinamos a las competiciones a las que hemos ido como grupo.”
Alba es maestra especialista en Pedagogía Terapéutica e imparte clases en un Instituto de Nigrán al mismo tiempo que está opositando para la misma especialidad y practica yoga en sus ratos libres. Tiene como objetivo seguir acercándose al baile compatibilizándolo con su trabajo.
Isabel Soidán (Isa Feeling), 23 años.
Isabel lleva toda la vida bailando, desde que entró en el colegio con tres años y empezó a bailar en actividades extraescolares. Sus primeras disciplinas fueron danza clásica y jazz.
Con trece/catorce años comenzó a bailar hiphop y un año o dos después quiso probar otros estilos como house o break dance, también el wacking, popping o tutting.
Comenzó a bailar como distracción, para descansar de las clases pero a medida que crecía era algo que la llenaba y se convirtió en mucho más que una distracción, entrenar cada día y esforzarse por limpiar más sus movimientos hasta conseguir el objetivo era lo que más le gustaba.
Baila principalmente clásico, jazz y hiphop, disfruta de las tres disciplinas por igual y el conocerlas la ha ayudado a la hora de aprender otros movimientos de otros estilos y a limpiarlos más fácilmente.

“Me gusta mucho ver a gente bailar, me parece maravilloso todo lo que se puede llegar a transmitir bailando, cogiendo un sonido de la música, o la energía; la energía que hay en una battle o en un grupo de gente que está compartiendo en un corro, puede ser increíble y llegar a ponerte la piel de gallina.”
Para ella el baile siempre ha sido algo más que una afición,”…no es nada fácil, tienes que entrenar mucho y llegar a conseguir tu hueco con todos los demás, pero pienso que lo realmente difícil es el no contar con apoyo de la gente que quieres, eso te puede hundir muchísimo y hacer que no vayas con todo a por tu objetivo. Siempre es complicado que confíen en ti, cuando lo que quieres alcanzar pertenece a la rama artística, sea el arte que sea. A mi me encantaría dedicarme 100%, porque bailar me hace muy feliz.”
Hace tres años grabó un videoclip para la cantante Ephemeral (Marta Villanueva), participando en el vídeo de la canción “Spirit”. “…ella me iba diciendo cosas o sensaciones y pues dependiendo de lo que me dijera bailaba…”
Como aficiones ella destaca andar en bicicleta, hacer senderismo e ir al gimnasio, en general cualquier tipo de deporte. Estudió Diseño de Interiores y ahora mismo se encuentra realizando el proyecto final.
Y tiene claro que como objetivo le encantaría poder vivir del baile y “hacer llegar a una persona el baile de la misma forma que me lo hicieron llegar a mi, es un sueño.”
Rebeca Bernárdez (Rebe), 24 años.
Comenzó a bailar con doce años. Un grupo de personas de su instituto que iban a una academia situada en Vigo, la convencieron para que se apuntara, y desde ese día no ha parado de bailar.
Ha recibido clases de varios estilos pero a día de hoy se siente bailarina de hiphop, es en lo que más se ha formado y lo que la hace sentirse más libre.

Le hemos preguntado como vive y siente el baile: “lo vivo como una parte de mí, es algo con lo que me siento libre y me conozco más a mí misma, me completa como persona cubriendo una necesidad de expresión.” En este momento para ella significa amor, conocimiento y crecimiento.
“También agradezco todos los momentos que he vivido y poder conocer y compartir con tantas personas gracias al baile.”
Ha bailado alguna vez de manera profesional y recuerda especialmente una actuación en Zamora, en la que participaron cinco bailarines/as y bailaron tres shows creados por ellos/as mismos/as en un escenario situado en una de las plazas de la ciudad. “La organización se portó genial y yo estaba muy cómoda y entusiasmada por hacer algo así por primera vez.”
Disfruta escuchando diferentes estilos de música y el cine. Actualmente da clases de hiphop y está realizando las prácticas de un ciclo de Formación Profesional de Administración en una asesoría.
Como objetivo marcado le gustaría seguir formándose y seguir impartiendo clase y volver a compartir el baile con otras personas, en lugares distintos, poder viajar, asistir a eventos, etc.
Romina Malceñido, 21 años.
Se inició a bailar ballet con tan sólo siete años por recomendación médica para corregir una mala posición de los pies. Desde entonces no ha parado de formarse y de probar diferentes estilos.
Principalmente baila hiphop y wacking aunque se ha formado también en popping y house. Se considera bailarina de las dos primeras disciplinas aunque muchas veces la esencia de otros estilos inspira su freestyle.

“…el hip hop es la parte más calculadora y externa de mi y el wacking es la parte más íntima en donde yo me muestro tal como soy sin vergüenza alguna.”
Ahora mismo el baile es su vía de escape, se forma una vez al mes e intenta rodearse de personas que la inspiran y que la llenan de energía. “Con el baile puedo comunicarme sin necesidad de hablar y muchas veces me entiendo mejor con la gente de esta manera. Entender su cultura, música, valores me hace crecer como persona.”
Para ella el baile es una profesión ya que además de estar trabajando actualmente dando clases a niños pequeños y adolescentes, lo considera su pasión.
“Para mi todas las oportunidades que me ha brindado el baile sean remuneradas o no, me aportan profesionalmente algo, ya que al realizar cualquier trabajo tienes que dedicarle unas horas a ensayar, preparar vestuario, ir al sitio, etc. Algunas de las experiencias que me han marcado, por ejemplo, es estar en un grupo de competición, ya que tienes que dedicarle un montón de horas en ensayar e ir a las competiciones, por lo que es necesario un nivel de compromiso y dedicación muy alto.”
Y su meta principal es vivir del baile, poder viajar alrededor del mundo para formarse e ir formando a personas en el camino y así poder inspirar a muchísima gente con su baile.