Múltiples características tiene el verano: días más largos, calor, cervezas frías… Y libros. Aquellos expuestos en una estantería en el aeropuerto o los antiguos de ferias y puestos. En uno de estos últimos, descubrí la historia de las hermanas Mary y Lydia Cassat desde la perspectiva y en palabras de Harriet Scott Chessman.

La primera, pintora americana de nacimiento, cursó sus estudio en el arte en la Academy of Fine Arts de Pennsylvania. Posteriomente, viajó por Europa donde se formó y creó parte de su obra pictográfica entre países como Italia, Holanda o España.
Admiradora del arte de Velázquez y Rembrandt, su estilo fue influido también del arte japonés.
En París, donde fallecería, conoció a Degas, que le introdujo en el grupo impresionista.
Su obra, también integrada en este estilo de pintura, recopila principalmente, imágenes representando la vida social y privada de las mujeres, con especial énfasis en los lazos entre ellas y sus hijos; y retratos, muchos de ellos a su hermana Lidia.
En esta época en la que se enfoca la obra de Harriet Scott. Lydia, la mayor de las hermanas, fue diagnosticada con la enfermedad de Bright.
Compuesto de cinco partes, una por cada proceso creativo de cinco retratos en los que posó Lydia, la narradora de la historia.
“Cuando May me muestra el óleo, me parece un regalo”
El libro relata la relación entre las hermanas y la producción juntas de algo; el proceso creativo y el mudo intercambio entre pintora y modelo.
Cada fragmento se acompaña una ilustración de las pinturas:
Mujer leyendo París
El té

Lydia haciendo ganchillo en el jardín

Mujer y niña en un carruaje
Lydia sentada ante un bastidor
Este último cuadro, que da nombre a la novela se conserva en el Flint Institute of Arts, Flint, Michigan.
No conocía a esta escritora, agradezco la información.