Violeta:

  1. nombre femenino Planta herbácea, vivaz, de la familia de las violáceas, con tallos rastreros que arraigan fácilmente, hojas radicales con pecíolo muy largo, ásperas, acorazonadas y de borde festoneado, flores casi siempre de color morado claro y a veces blancas, aisladas, de cabillo largo y fino y de suavísimo olor, y fruto capsular con muchas semillas blancas y menudas. Es común en los montes de España, se cultiva en los jardines, y la infusión de la flor se usa en medicina como pectoral y sudorífico.
  2. 2. nombre femenino Flor de la violeta.

La violeta, cuyo homónimo y característico color le da nombre, es una flor que a pesar de su apariencia sensible está adaptada al frío, a las condiciones adversas. No en vano, se la llama «huésped no invitado» en campos sombreados y en jardines.

También es el título de la primera novela de Marta Galisteo, comunicadora, fundadora de la Agencia Masstige y ahora escritora. Podría haberse llamado «Blanco roto», como su protagonista, pero ella se decidió por bautizarla así por el simbolismo de la flor.

A pesar del día que celebramos, 8 de Marzo, si esperas un alegato contra la violencia de género (el título, sobre todo, puede hacerte pensar en ello) nada más lejos de la realidad… o no.

Cuando vamos a comprar un libro, salvo que vayamos directamente a un autor consolidado, uno de los factores además de un título atrayente es la portada. La portada de «Somos violetas» en la que se pueden ver elementos típicos de Londres (El Big Ben, un autobús de dos pisos rojo) es precisamente la prueba de que no se puede juzgar un libro por la portada. Supuso un reto para la editorial y Marta como autora ha quedado encantada con el resultado porque «dice sin decir». Los tonos pastel propios de una novela romántica se ven contrarrestados por la sinopsis.

Atrapada entre un pasado con Connor, el amor de su vida, y un presente con Lucca, un famoso pintor italiano con quien mantiene una relación puramente adictiva, la joven Alice va dejándose llevar hasta el punto de verse inmersa en una trama más propia de un thriller que de la vida real.

La portada nos da varias pistas: primero, el escenario en el que se desarrolla la trama. Londres, una ciudad importante para su creadora «Estuve viviendo en Londres un tiempo de mi vida y, aún hoy, no hay otro lugar en el mundo en el que me sienta más auténtica. Sabía que el primer libro que publicara tenía que suceder allí.» Y dos, una adictiva mezcla de géneros entre los que destaca la novela negra de la que curiosamente Marta Galisteo no es, en sus propias palabra, consumidora habitual.

«Cuando empecé a escribirla, comencé por el segundo capítulo ‘El Reencuentro’ y tenía mucho más, o todo, de romántica tirando a chick lit (nombre dado a un tipo de narrativa cercana al género de la novela romántica. En el argot angloamericano chick equivale a chica y lit hace referencia a literatura) Lo que ocurrió es que mi vida, por cosas que me pasaron en ese momento concreto, se enturbió, y con ella mis personajes y la historia. Lo que empezó siendo una historia amable desencadenó en una atmósfera mucho más dura. Creo que por eso es tan difícil de catalogar, está dentro de la novela negra pero, sin embargo, tiene mucho de otros géneros. También se palpa en el estilo narrativo y en el humor ácido, que no es característico de la negra».

La narración es ligera, pero a la vez atrapa. Te obliga a estar super atenta a cada capítulo, personaje y diálogo externo e interno porque en cada rincón se producen muchos hechos en cada página.

La historia comienza con Alice en la cárcel, inmersa en una confesión de la que parte en flash back para sumergir al lector en su historia, presentando al resto de personajes desembocando en un inesperado y sorprendente para quien lo lee pero también lo fue en el momento de materialización de la historia por Marta.

«No supe a quién iba a matar Alice hasta casi el final. Escribo a brújula por lo que, la mayoría de las cosas que ocurren en la historia también fueron una sorpresa para mí. Disfruté muchísimo escribiendo, siempre tuve la sensación de que la historia la escribía Alice, no yo. Cobró vida en seguida». 

Salpicada de sarcasmo un recurso empleado por Galisteo para disminuir la crudeza de los acontecimientos que van sucediendo (el propio asesinato, las relaciones tóxicas, la vida entre rejas) aborda temáticas de gran dureza «Pero soy de las que piensa que hay cosas que es necesario llamarlas por su nombre, que tienen que resultar incómodas, que tienen que remover por dentro. Porque si no lo hicieran, no estarían transmitiendo la crudeza que implican estas situaciones en la vida real, y eso no sería justo para muchas personas que lo han sufrido y lo sufren».

El desarrollo de la historia de Alice pone de manifiesto como el ser humano es un potencial criminal. Es una mujer de una familia acomodada, con éxito en su trabajo que no se encuentra a sí misma hasta que comete un crimen.

«Está en un punto de su vida en el que ya no depende de los demás. Eso no quiere decir que no se haya arrepentido hasta llegar ahí. El viaje emocional de Alice es muy fuerte y está marcado por una falta de seguridad que se palpa. Muchas veces lo que dice y lo que piensa no es lo mismo, a medida que se avanza creo que se aprende a detectar cuando Alice está mintiendo al lector, se aprende a conocerla».

Si te decides a acompañar a Alice en su historia, vive con ella sus decisiones (correctas o no; impulsivas pero con sentimiento) porque esta novela es autoconclusiva y no habrá más aventuras de la fotógrafa, aunque te hayas quedado con ganas de más.

1 comentario en «Hoy todos Somos Violetas, con permiso de Marta Galisteo»

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