La fecha del pasado domingo 15 de agosto de 2021 día en que los autodenominados estudiantes ( los talibanes) conquistaron la ciudad de Kabul, capital de Afganistán, quedará para siempre registrada en la historia como el día en que el pasado le ganó la batalla al futuro por K.O. 
Los afganos conscientes de la modificación sustancial que en su vida cotidiana iba a tener este hecho se aferraban a las alas de los aviones militares estadounidenses que  volaban hacia un mundo mejor dejando atrás la oscuridad de aquellos que posiblemente impondrán su ideología basada en el salafismo, una vertiente radical del islam mediante la aplicación de su ley islámica, la sharía, conculcando los derechos humanos y en especial los de las mujeres, como ya ocurrió en el período comprendido entre los años 1996 y 2001.
La sharia no es un concepto susceptible de definición; no es un dogma ni un manuscrito, sino un conjunto de textos que dependiendo de la interpretación por parte de las escuela jurídica islámicas se aplica de  uno u otro modo. La vertiente más estricta concibe a la mujer como de importancia menor frente al hombre lo que implica el sometimiento de las primeras a la voluntad de los segundos. Se consideran objeto de provocación y por ello deben esconder su cuerpo, e incluso su rostro de cualquier extraño con velos completos como el burka. Tienen prohibido hablar en público y su risa no debe ser escuchada por desconocidos.

Las principales limitaciones y prohibiciones sobre todo en relación a la mujer son no sólo en relación a la vestimenta sino al ámbito profesional. Se las impide estudiar. Sólo a algunas médicas y enfermeras se les permitió continuar su formación.

En este punto ya se denota esa despreocupación por la fémina, dado que una mujer sólo puede ser atendida en un hospital por un doctor de su mismo género. Y el número existente era incapaz de atender al gran número que necesitaban atención sanitaria.

La limitación en la libertad de movimiento dado que no pueden salir de su casa si no van acompañadas de su mahram (hombre de parentesco cercano, como padre, hermano o marido).

Aquellas que incumplan estos términos, u otras prohibiciones (entre otros ejemplos cometiesen adulterio, mostrasen el rostro o los tobillos o hiciesen uso de cosméticos) eran  sometidas a duros castigos físicos que, en muchas ocasiones, acababan con su vida.

En el terreno judicial, como consecuencia de lo expuesto, su palabra no vale nada o menos que nada. Los crímenes que establece la Sharía sólo pueden ser probados por hombres. Si una mujer presencia un crímen, no puede ejercer el cargo de testigo; y de hacerlo, podría ser sometida a latigazos.


Esta situación que ha conseguido la atención a nivel mundial choca con el hecho de la finalización del mural “FUTURO” una intervención dirigida por la artista plástica moañesa Sheela Tato, quien navega entre la ilustración y el arte contemporánea.


La pintura sobre la tapia nace resultado final del campamento artístico organizado y regido por la artista que a su vez surge como alternativa a un proyecto más ambicioso que no se pudo realizar por la Covid19 desarrollándose en un modo más pequeño y familiar adaptado a las circunstancias. Una actividad realizada en el mes de Julio en colaboración con el área de Igualdade do Concello de Moaña, a través do programa “Encherde cor en igualdade”. 

Se buscaba en que los más pequeños de la casa aprendieran arte de forma divertida, asociándolo a un buen recuerdo, y al mismo tiempo que sintiesen orgullo de la terea realizada hasta el punto de sentirse capaces de conseguir lo que sea y más con esfuerzo, como un mural de casi 16 metros de largo, que para unos pequeños creadores cuyas edades oscilan entre los 7 y 11 años es algo gigantesco.

“Es enseñarles a soñar y a creer en ellos mismos.”

Como precursora de la obra, Sheela Tato está muy contenta con los resultados tanto en relación al mural como al curso que ahora ha finalizado. “Ha superado mis expectativas. Los asistentes han aprendido mucho, desde diferentes técnicas de dibujo y pintura hasta curiosidades sobre la historia del arte y algunos artistas. Lo bueno de esto es que no era una clase convencional, si no que han aprendido de una forma divertida y amena, sin tener que estar delante de un libro durante horas; han aprendido con juegos, con trabajo de campo, y con mucha curiosidad, ya que ellos mismos me preguntaban más porque querían saber más. Se han acercado un poquito más al mundo del arte, y están aprendiendo a apreciarlo.
Estoy segura que si dentro de un año les preguntamos por lo que han aprendido en el campamento, se acordarán a la perfección.”

La obra realizada por un ejército de neófitos artistas bajo la dirección y orden directa de Sheela muestra a una mujer astronauta en un cielo oscuro cuyos colores oscilan entre los colores azules, morados y grises plagado de estrellas que busca reflexionar sobre las diferentes potencialidades de la juventud, rescatar la importancia del papel femenino en la construcción del universo, convirtiendo las grises paredes del Pabellón del C.E.I.P Reibón, a la entrada de la villa de Moaña, en diferentes colores que transitan en la imaginación.

Su título era evidente puesto que ese tiempo que vendrá será dominio para estos pequeños seres que harán realidad y consolidarán los cambios y fuertes luchas para conseguir una igualdad real en la sociedad.
“Este cambio hay que inculcárselo a los más pequeños, los que algún día serán responsables de que el cambio continúe y permanezca. Siempre luchando desde un lugar sereno, y sin odio.”

La figura principal de la colorida pared, según palabras de Sheela, quiere mostrar las limitaciones reales aún existentes en la actualidad para que una mujer acceda al mismo puesto de trabajo que un hombre. “El mural reivindica la posibilidad de aspirar a lo que cada uno quiera indistintamente de su género. Generalmente la profesión de astronauta es bastante icónicas, como héroes y heroínas de nuestra época. Así que porqué no desmitificar algo que parece tan inalcanzable y convertirlo en algo posible. En un universo lleno de posibilidades hacia el futuro, que mejor que una astronauta que navegue por esas aguas.”

En contraposición con las circunstancias de las que hablábamos al comienzo del artículo sobre el choque que constituye el hecho de que en occidente la mujer haya logrado un cambio sustancial y absoluto en su situación social respecto a épocas pasadas.

“Es un orgullo que hoy en día destaque una mujer como protagonista, pero en medio de todo este caos lo único que denota es todo lo que queda por luchar. Es muy triste y nos hace sentir impotentes ver la situación en la que están todas esas mujeres islámicas, y no nos engañemos, son situaciones que escapan a nuestro control.
Nuestro deber es cuestionarnos siempre para mejorar y ser conscientes de nuestras diferentes realidades. Claramente nuestras preocupaciones y experiencias nunca serán las mismas que las de las mujeres islámicas, ni las de muchas otras. Es importante tener presente esto siempre, y actuar apoyándolas y luchando juntas para cambiarlo, sin prejuicios raciales, culturales, religiosos o de identidad de género, desde el respeto, y sin pensar que seremos las salvadoras de nadie.”

Haciendo balance de la actividad y del resultado de la misma los menores se encuentran muy orgullosos de su trabajo. “Y no es para menos, han trabajado duro. Además, hay que decir que durante los meses anteriores buscamos juntos la idea para el mural. Hablamos sobre qué es la igualdad de género para ellos y han hecho un trabajo pictórico al respecto, y así nació la idea que vemos hoy en el mural. Ellos me ayudaron a encontrar el concepto que contuviera toda esa energía que tienen y que los engloba a todos por igual.
Cuando les dije que íbamos a realizar un mural estaban entusiasmadísimos. Todos los padres me decían que contaban los días y estaban súper pendientes de todos los avances cuando pintaban sus compañeros”, nos confiesa.

Sheela Tato que cursaba el bachillerato en la modalidad de ciencias en el instituto de As Barxas, en Moaña, se dejó seducir por el mundo del arte gracias a influencias como la de Luz Beloso, profesora de plástica en el centro e ilustradora entre otras facetas; la paleta de colores de Sonia Delaunay; la fuerza y la vibración que consigue Yayoi Kusama, los retratos de Marlene Dumas trabajando la abstracción desde la figuración o la luz de los impresionistas, como Monet.

Y terminó cursando Bellas Artes en la ciudad de Pontevedra. “Sin duda fue una de las personas que más me marcó en esa época y con la que todavía sigo teniendo contacto.” dice con cariño de la ilustradora Luz Beloso (si quieres conocer más de ella te recomendamos el artículo especial sobre las letras gallegas 2021)

Posteriormente se mudó a  Irlanda, una etapa de aportaciones técnicas, de conocimientos, de ensayos y errores. Y sobre todo, de grandes decepciones con el arte y también de enamoramientos del mismo. “Fue una búsqueda de mi forma de arte y de mí misma, algo que nunca me dejo de cuestionar para seguir creciendo”.  
La artista ha sido premiada en diferentes ocasiones por la Universidad de Vigo en diferentes certámenes de pintura, y ha participado en diferentes muestras como “Viola la Femme” ou PeluqArte presentando sus ilustraciones.

Su fuente de inspiración es el día a día, experiencias íntimas, situaciones la afectan. De alma curiosa por naturaleza y crítica, trata de cuestionárselo todo, para entenderlo y encontrar la forma de afrontarlo. “Cada una de mis obras tienen un porqué y un para qué. Por ello, como mujer que soy, la libertad de una mujer en la sociedad, es uno de los temas más recurrentes en mi obra.”

Las señas de identidad de Sheela Tato según se autodefine “son los retratos que me rodean, los tangibles y los intangibles, que para mí son igual de reales. Los retratos son los que hablan por mí, las miradas, los labios silenciados, las mejillas golpeadas, las sonrisas…
La esencia de mi obra es el color y el azar, es la figura femenina fuerte y bien definida. Mis obras comienzan siempre por una búsqueda de respuestas o para calmar pensamientos recurrentes, obsesiones, rabias, etc.”

Y ahora también la define una nube cósmica que pretende alientar y alimentar las esperanzas de las nuevas generaciones de creativos. Un mural, en definitiva, para disfrutar con el cielo infinito.

1 comentario en «Una mirada hacia el futuro»

  1. Una gran artista, con mucha sensibilidad hacia las mujeres frente al sufrimiento con el maltrato y la desigualdad . Su obra y esfuerzo es toda una reivindicación a la igualdad en estos nuevos tiempos.
    El artículo muy bueno, aunque el encabezamiento un poco extenso nos hace parecer q se trata sobre el mundo musulman , y después con la comparativa al mundo de hoy describe a la artista y su trabajo.

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