Cambio de hábitos de consumo: menos fast fashion, más moda consciente y sostenible

Cada vez son más las personas que deciden cambiar sus hábitos de consumo dando menos prioridad al fast fashion y optando por compras más conscientes o alternativas mas sostenibles. La calidad, la durabilidad y la trazabilidad de las prendas empiezan a ser los factores más importantes a la hora de comprar, pero también gana mucho peso la opción de dar una segunda vida a prendas o accesorios que otra persona tiene en su armario y que ya no utiliza.

Generaciones más jóvenes: mayor conciencia sobre la sostenibilidad y las compras de segunda mano

Son las generaciones más jovenes las que dan un mayor valor a la sostenibilidad y a las compras de segunda mano: más concienciados con problemáticas como el cambio climático, apuestan por realizar compras más responsables y también más económicas.

Plataformas digitales como Vinted, Micolet o Wallapop se han ganado un hueco en nuestras vidas dándonos la posibilidad de vender aquello que ya no utilizamos, pero también de comprar segunda mano de una manera fácil y sencilla. Las tiendas vintage han proliferado a lo largo y ancho del territorio. A estas iniciativas de salvar prendas infrautilizadas de acabar en un contenedor o vertedero se unen las swap parties.

Swap parties: la opción más lúdica y sostenible para renovar tu armario

Las swap parties, o fiestas de intercambio de ropa, son la opción mas novedosa y lúdica para renovar nuestro armario de una forma más sostenible. Basándose en la idea del trueque estas fiestas que en inicio surgen de manera privada y en círculos cerrados han tenido tanto éxito que han acabado siendo eventos donde mucha gente se reúne para intercambiar aquellas prendas, calzado o accesorios que ya no utilizan por otras. Es, al fin y al cabo, otra forma más de consumo colaborativo, que ha tenido mucho crecimiento en los últimos años.

Normas de las swap parties: condiciones para participar en intercambios de ropa sostenible

Las principales premisas son que las prendas deben estar en buen estado, lavadas y planchadas, tal y como nos gustaría encontrarnos esa prenda en una tienda. En algunos de estos eventos se pide una aportación minima de prendas que además podrán ser revisadas para valorar su estado. En función de las prendas que uno aporte, se otorga un crédito  (o número de puntos) para ser gastado durante el evento. También se puede pedir una aportación para sufragar los costes del evento por parte de la organización.

Sin duda, el slow fashion gana cada vez más adeptos: frente a la idea de un consumo de usar y tirar, cada vez más son las personas que deciden decantarse por una moda durable, local, y beneficiosa para el planeta.

Fotografías: pixabay

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