Con motivo del Día del Libro 2025 entrevistamos a una parte importante de la historia de LIGIONE MAG, la escritora Patricia P. Picatoste, que, en esta ocasión, nos ha sorprendido con el lanzamiento de la segunda parte de su Saga Cartas: Nom de Plume, un libro muy esperado por sus lectores/as.
Aunque es 23 de abril, es como si marzo se hubiese ampliado. La presentación de Nom de plume, de la autora Patricia P. Picatoste, es el broche de oro a los eventos realizados por el Concello de Moaña por el mes de la mujer, con motivo del día 8 de marzo.

Al entrar en la sala de plenos del edificio, se observa al lado de la mesa una maleta de cuero marrón, llena de recuerdos del pasado: fotografías, una cámara y el pañuelo verde. Se proyecta en la pantalla una foto del libro objeto de presentación realizada por Carmen H.
Sobre la mesa, junto a ejemplares de Nom de Plume la miniatura de un tren.
El atuendo de la autora no es casual: lleva un vestido verde a modo de falda, un jersey de cuello cisne negro y una boina francesa del mismo color.

Entrevista a la autora
En su primera novela, El Club de las Cartas Amarillas, el proemio fue realizado por la escritora y periodista, Andrea Mateos, persona que Patricia recuerda como aquella que la animó a presentar sus manuscritos a una editorial. En el caso de Nom de Plume, acepta el encargo junto a la fotógrafa Carmen H un proemio a dos voces, original y tierno.
La autora tenía claro que Andrea tenía que formar parte de este proyecto, ella es una de las culpables (citándola textualmente) del germen de esta historia.
¿Por qué un proemio a dos voces?
“Propuse a Andrea Mateos que fuese una de las lectoras cero de la secuela, pero me contestó que prefería la sorpresa de leerla una vez publicada. Ante esta negativa con la boca pequeña, me hizo una proposición que me fue imposible desechar: hacer el proemio en conjunto con Carmen H. Así que a ella y sólo a ella debo este proemio a dos voces tan original y emocionante. Lo tengo también en versión audio y cuando tengo un mal día lo reproduzco mientras me tomo el café de la mañana.
>>En el prólogo, Carmen me describe como rescatadora. Y me veo reflejada en esa acepción porque al final con esta historia he ido descubriendo personalidades interesantísimas.
Ya en Nom de Plume hago referencia a un personaje de cuya existencia, de no ser por la relación con mi abuela, no habría podido llegar a conocer.
Y siguiendo esta estela, de hechos de mujeres borradas, en la tercera parte que ya he comenzado a escribir, hago hincapié en una figura a la que la historia sólo recuerda en una faceta sexual, casi indecorosa pero que posee una intrahistoria que debería mostrarse y que estoy decidida a desvelar.
El Club de las Cartas Amarillas comenzó como un pasatiempo, una forma de desconexión y al final se ha convertido en una revelación para los lectores pero también para mí como escritora”.
¿Por qué Carmen H como lectora cero y para el prólogo?
Escogí a Carmen H. como lectora cero y como madrina de esta segunda entrega por instinto, mucho antes de saber que tendría mucho que ver con el tema fotográfico.
Al final, cada parte ha tenido y tendrá una madrina que tiene que ver con el espíritu y su contenido. No quiero revelar mucho pero la tercera y última parte estará prologada por Patricia De la Calle y quien la siga en sus redes a posteriori se dará cuenta de que es la persona perfecta para ella como así lo fueron sus predecesoras Andrea Mateos y Carmen H.
¿Por qué una segunda parte cuando hablábamos de #ECDLCA como autoconclusiva?
Algo me decía que tenía que seguir con la historia. No hablo sólo de las peticiones de los lectores sino de algo que me venía de adentro y que necesitaba salir.
Nada más salir de la presentación de El Club de las Cartas Amarillas me vino a la mente el texto que fue la raíz de la presentación de Nom de Plume.
Ese mismo mes, fui a desconectar unos días a Coruña a casa de mis abuelos y como cada vez que voy me pierdo entre fotos, libros y recuerdos. Y fue así como encontré la agenda Hachette, los billetes de tren y el nombre de la Marquesa que dio origen al título de mi fashion blog en primera instancia y ha dado años después contenido al manuscrito.
¿El pañuelo verde entonces existe de verdad? ¿Y la Marquesa?
Nunca pensé que una anécdota familiar de la que tengo prueba gracias a los testimonios fotográficos y el pañuelo de seda verde pudiese terminar encajando tan bien en una historia que a priori concebí como ficción pero que, en el transcurso de mi investigación, he llegado a descubrir tiene parte de verdad.
Como ya desvelé en la presentación, busqué en internet el nombre real de la Marquesa (que obtuve de un viejo billete de tren) en un momento posterior a la publicación del primer libro.

El apellido Guturbay me llevó a una mujer, de nombre de pila Carmen, cuyas fechas coincidían con los recuerdos de mi abuela. Pero lo que captó mi atención fue su oficio: aristócrata y espía.
Entretejí los hechos conocidos de aquella anécdota familiar con los escasos datos que obtuve de esta personalidad. Por una parte, al no existir testimonios y pruebas, fue más fácil fabular.
Lo que me apena profundamente es que no se pueda bucear más en las vidas de estas personas pues de la propia Marquesa como ya hago ver en el texto no existen memorias ya que su propia madre impidió que se publicasen (supongo que por el miedo al que dirán)
Desarrollando este personaje y siguiendo la línea de la primera entrega que encuadro dentro del marco espacio temporal del conflicto bélico de la Segunda Guerra Mundial, incido sobre todo en detalles poco conocidos. En el caso de El Club de las Cartas Amarillas, fueron los mensajes cifrados a través de las prendas de punto que tejían las mujeres. En su secuela, Nom de Plume, me centro en una temática relacionada con el arte, el expolio nazi, del que en mi investigación apenas encontré un libro, algún que otro estudio y sólo dos referencias cinematográficas, la película de El tren protagonizada por Burt Lancaster y Monuments Men de George Clooney.
Nunca escribes con tranquilidad. En 2023 cuando se publicó tu primer libro estabas con los preparativos de tu boda, preparando una oposición y corrigiendo el borrador. Y este año tampoco ha sido lo que se dice tranquilo.
Aunque me fue muy fácil hilar la historia fue complejo encajarlo en el ritmo de vida de este año 2024. Pero ha constituido como lo fue ya El club de las Cartas Amarillas un cabo al que agarrarme para no ahogarme.
Este libro se fue construyendo ladrillo a ladrillo, escena a escena que posteriormente fue enlazado. El primer libro lo escribí en doce meses, este en unos once meses siendo el último de revisión del borrador.
Esta vez has ido soltando píldoras pero ¿Qué puedes desvelar de Nom de Plume? De su contenido y proceso.
He ido compartiendo en mis redes sociales mis avances pero esta vez he limitado el número de lectores cero (los cuales además sólo han tenido acceso a un borrador muy difuso que nada tiene que ver con el libro final).
El lector cree que sabe qué va a encontrar en Nom de Plume, pero lo cierto es que aunque he accedido a crear una secuela me negué a dejarme llevar por los deseos de aquellos que tanto pedían la continuación de la historia de las abuelas. Es mi mundo, el único sobre el que tengo el control y me temo que aunque hay parte de lo que ansiaban los lectores me he permitido la licencia de introducir más elementos que sin duda enriquecen el desarrollo de los personajes que lo habitan.
Me encanta esta historia no sólo porque es algo original y mío, sino porque cuando tiro de un hilo siguen surgiendo ideas cada vez más interesantes en las que profundizar. Queda mal, pero ahora echando la vista hacia atrás tengo la sensación de que se va escribiendo sola.
Un escritor no sólo es una voz o un estilo, la chispa que inicia una historia a contar es la curiosidad. Y en la investigación, cada escritor encuentra algún detalle que capta su atención, algo escondido en la historia, una nueva vía de narración.

Asociamos el color amarillo con esas cartas que dan nombre a la primera entrega de la saga cartas. Pero esta vez has optado por el verde.
En cuanto al abandono del color amarillo por bandera tiene una razón. Sin querer, el desarrollo del personaje a lo largo de los sucesos tiene mucha relación con la psicología del color. El amarillo que en su aspecto positivo es energía y en su aspecto negativo se relaciona con la enfermedad y la depresión.
El verde aunque se relaciona muchas veces con la maldad, es el color de la sanación y según estudios está comprobado que ayuda a calmar el estrés.
El último, lo tengo claro, será naranja. No digo nada más al respecto. Dejaré que los lectores elucubren…
¿Que significa Nom de plume?
Nom de plume significa literalmente pseudónimo.
Marquise Juliette siempre ha sido mi pseudónimo en redes sociales. Si buceamos hasta el primer post de 2016 se puede apreciar el pañuelo que vino de París. Con él ligaba para siempre el mundo de la moda y el de la literatura sin siquiera darme cuenta.
Nom de plume como dice la biografía es una mezcla de pasiones: París, lo vintage. Arte, fotografía, viajes. Todo ello sin dejar de lado la nostalgia que caracteriza El Club de las Cartas Amarillas.
Fue el nexo, el hilo del que tirar para continuar la historia de estas cinco ancianas.
¿Cuál es tu próximo proyecto?
Tengo varias ideas guardadas en mi portátil o en mis libretas. Ahora mismo, estoy trabajando en la tercera y última entrega de la saga cartas, alternando con una novela de género fantástico como proyectos a corto plazo.
En el turno de preguntas de Nom de plume, destacaron revelaciones sobre el proceso creativo del libro, su portada, la idea que con la que inició y concluyó este libro que ahora se encuentra a la venta, sobre sus personajes… que el lector descubrirá leyendo la historia que se contiene entre las hojas de esta nueva obra de Patricia P. Picatoste.
Consíguelo en: Amazon, Fnac, Casa del Libro…
Fotografías: Alejandro Paz e Iris Costa

