Quien siga nuestro medio, LIGIONE MAG, ha leído alguno de sus innumerables artículos llenos de buen vocabulario, presencia, coherencia y conocimiento; estas son pocas palabras para definir el trabajo que nuestra redactora y COO, Patricia P. Picatoste, realiza cada día y por supuesto llena de orgullo saber que ese esfuerzo y talento en la escritura la está llevando lejos con la publicación de su primera (que no última) novela llamada El Club de las Cartas Amarillas.

¿Como describirías el club de las cartas amarillas?

No hay un género para encasillarla. Como en la época en la que vivimos, no hay etiquetas. Como le dije a la editorial en mi presentación del proyecto: es una novela ecléctica. La novela que siempre quise escribir porque es la novela que siempre quise leer. Tiene de todo: historia, amor, suspense. Son 23 capítulos de extensión diferente (uno de ellos tiene sólo una página).

¿A qué público está dirigido?

A quién se sienta atraído por él.
Hace poco en las redes sociales vi un artículo de un periodista que criticaba la escritura creada y dirigida a mujeres con una pregunta retórica que decía algo así como ¿no os cansáis de leer siempre lo mismo? Mi libro ya estaba en imprenta y pensé: Nunca me lo hubiese planteado, pero mi novela no es lo de siempre. De hecho, entre los lectores hay público masculino de diferentes edades. A pesar del título o que la historia esté protagonizada por una mujeres, se habla de feminismo al mismo tiempo que se introduce tema bélico. Traté de pasar de puntillas por la parte romántica, un género concebido y consumido principalmente por el público femenino, precisamente porque hay mujeres a las que no les gustan las novelas “pastelosas” (a mi sí, me encantan).

¿Qué libros componen tu librería?

Pues hay de todo. Un día, hablando con mi prologuista, salió el tema de que siempre nos han hecho leer libros escritos por hombres. Sin embargo, caí en la cuenta de que de manera inconsciente llevo leyendo mujeres toda mi vida: Pearl S. Buck, Daphne Du Maurier, Louisa May Alcott, Lucy Maud Montgomery, Agatha Christie, La baronesa de Orczy… Obviamente, también he leído a hombres: Dumas padre e hijo, Emilio Salgari, Víctor Hugo, Tolstói… Novelas de aventuras sobre todo de la época del romanticismo.
Pero en mi librería hay grandes clásicos literarios mezclados con libros más comerciales. De hombres y de mujeres.

Está impregnado de un aura nostálgica…

La historia la empecé en verano de 2022 pero está muy influenciada por la muerte de mi abuelo, acaecida en el mes de agosto de ese mismo año y la pérdida de mi perrita Audrey apenas un mes después. Era el último que me quedaba vivo y he tomado conciencia con esta pérdida que tengo miedo a olvidar. Así que quise encerrar historias que van pasando de padres a hijos, anécdotas que un día ya no podrán ser emitidas por la persona que las recuerde porque ya no estará. Así que las voy a aprisionando en papel.

En cuanto a la técnica, ya que no podemos revelar el secreto de las cartas amarillas.

El narrador escogido para la trama fue un auténtico reto porque nunca me ha gustado, nunca me he sentido cómoda escribiendo en primera persona. Soy muchísimo más de narrador en tercera y, sobre todo, omnisciente. Pero creí que para mantener el suspense la mejor opción era una primera persona. Pero no el el típico de la narrativa castellana que hemos estudiado, sino una mezcla con un narrador propio de la literatura gallega que es denominado narrador testigo (“testemuña”) y que por definición es aquel que no le va dando pistas al lector sino que el lector se va enterando de los hechos de la historia a medida que los conoce el propio protagonista.

En cuanto a vocabulario soy muy de utilizar palabras olvidadas. Primero, porque tenemos un idioma rico en palabras que se están perdiendo por el desuso; y posteriormente, en parte como decía respondiendo a una pregunta anterior, mi abuelo era el que me las enseñaba y es una manera de mantenerle presente mientras hablo o escribo. Me crié con mis abuelos maternos. He hablado en tiempos compuestos toda mi vida porque soy nieta de madrileños nacida en Galicia; pero es que es parte de mí y no puedo negar una parte intrínseca de mí. De hecho Andrea Mateos en el prólogo lo hace patente.
Eso sí traté de no ser muy pedante precisamente para darle movimiento a la historia. Pero sí se entremezclan frases muy sencillas con metáforas redundantes y palabras que te hacen acudir al diccionario por veces.

¿Como estás viviendo la publicación de tu primer libro?

Pues se entremezcla el orgullo e incluso un poco de vergüenza porque no estoy habituada a que alguien me hable del libro (bien o mal). Si que es cierto que debato con familiares y amigos pero que una tercera persona ajena haya leído el libro y te cuente que le ha gustado (porque por el momento las reseñas son positivas) , que se ha sumergido en la historia o que te conoce y reconoce a través de tus escritos, me parece increíble.

Es difícil que te publiquen el primer libro en una editorial aunque sea pequeña.
Mandé el borrador a varias editoriales, algunas ni siquiera contestaron. Otras muy educadamente me dijeron que no era lo que buscaban. Pero tenía claro que si me decían que no, iba a decantarme por la autopublicación. Pero el día de mi cumpleaños recibí un mail dándome el sí.

Patricia P. Picatoste Autora del Club de las Cartas Amarillas

¿Qué buscas con tus libros?

Primero desahogarme, porque utilizo la escritura como algo muy terapéutico; pero sobre todo, y esto es algo un tanto egocéntrico, creo que el día que no esté en la tierra, viviré en el recuerdo de gente que me ha conocido, que ha convivido conmigo, que ha compartido conmigo experiencias y de las que son testigos las fotografías. Pero un escritor donde va a pervivir es en sus letras. Porque en cada libro, dejas un pedacito de tu alma. Como aquel que no debe ser nombrado y sus horrocruxes.

¿Qué es el símbolo que llevas en la mano derecha?

Un ampersand (&)
En la luna de miel tras haber pasado seis meses vertiginosos entre los preparativos de la boda, el examen y la publicación del libro, tuve una especie de crisis existencial. Estaba pausada, tranquila y en un estado de reflexión que hacía tiempo no alcanzaba. Y en mi cabeza se repetía ¿Y ahora qué? Entonces llevar este símbolo “Y” justo en la mano derecha y a la vista, me recuerda que siempre hay algo que hacer y siempre hay una historia que escribir.

Te invitamos a adentrarte en el Club de las Cartas Amarillas y contarnos qué te ha parecido.

1 comentario en «La primera novela de Patricia P. Picatoste, “El Club de las Cartas Amarillas”»

  1. Me ha gustado mucho, pero no soy imparcial ya que soy la madre de la autora; he vivido la ilusión del comienzo de la obra y he participado en las correcciones y en los nervios de la presentación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *