Hace un tiempo (no hay que remontarse muy atrás) me hubiese dado reparo ponerme delante de alguien, decirle que escribo en una revista y que estaba interesada en su trabajo. Esto sucedió en la Feria Ecoartesá de Moaña, un domingo de mañana, en que yo paseaba con mi perra. Captó mi mirada un humilde puesto lleno de colorido: ilustraciones a todo color de mujeres, con slogan en gallego algunos otros creando juegos de palabras.
«El no ya lo tengo» es un mantra poderoso que nos envalentona. Y fruto de esa charla rápida aquí tenéis la entrevista a Rumba Rumbita y lo referente a su trabajo.

RUMBA RUMBITA

¿Por qué el nombre de Rumba?

Rumba Rumbita es un pseudónimo con historia. Y habla del momento justo en el que todo empezó.

En 2021, tras pasar por una etapa delicada decidí darme un parón para reflexionar y dedicarme a mí  misma, y, como consecuencia, a hacer lo que en realidad me gustaba: usar el dibujo para expresarme, liberarme. También en mi mente hubo un cambio de pensamiento, no podía continuar siendo una persona que no era, expresarme era una necesidad para estar bien, y era a lo que quería entregarme y dedicar todo mi tiempo. En mi mente repetía mucho una frase “mejor apostar por lo que quiero con 23 años que acabar con 45 amargada por no haberlo hecho, y sin tener posibilidad de dar marcha atrás. Ahora apuesto por mí.”

Llevaba escritas ya 3 libretas a modo de cuaderno de  campo en pocos meses, y parecía que cada vez tenía que comprarme la siguiente más rápido que la anterior. Dibujar y escribir se transformó en  una especie de “autoterapia” que me ayudaba a desencriptarme, conocerme, analizarme, y, sobre  todo, a irme a dormir mucho más tranquila, autorrealizada, feliz y aliviada…

Justo todo este periodo de reflexión e introspección vino después de un período que había sido muy social, de fiestas, conocer mucha  gente nueva, y relacionarme constantemente. Sentía que mi vida iba muy rápido, pero a la vez esos momentos de “rumbita” provocaban que mi producción artística también fuese mucho más rápida y diversa. La inspiración me invadía constantemente, y yo no podía negarme, solo dejarme llevar.  Tenía más ganas que nunca de “hacer lo que me diera la gana”, perder los miedos, romper mis propios moldes.

Rumba Rumbita es un nombre que habla justamente de esos periodos de alegría, de fiesta, sin los  que la inspiración, o la melancolía tampoco hubieran sido posibles. Fue un antes y un después para hallar un equilibrio entre  ambos polos opuestos; la alegría y la melancolía, la fiesta y el trabajo, la parte social y la asocial, la introspección y la extraospección, la noche y el día, la pena y la rumba.

Además de todo esto, mi nombre es Rita, y R-umb-ita lo contiene en sus letras, así que cuadraba perfecto. Decidí lanzarme al dibujo digital sin pensármelo demasiado, para no tener opción a retroceder, y abrirme el Instagram  @rumbarumbitaa  donde comencé a compartir mis primeras pruebas e ilustraciones.

Tus imágenes son coloridas y reflejan alegría a la vez que son reinvidicadoras y feministas, ¿Qué te inspira?

Esta parte es súper importante para mí. La inspiración forma parte del proceso, y disfrutar el proceso me resulta de lo más gratificante, incluso por encima del propio resultado.

Personalmente me he dado cuenta de que trabajo mucho mejor cuando fluyo e improviso durante el proceso compositivo. Puede haber una idea inicial. Pero cuando se trata de desenvolverla, para mí, una parte realmente importante es la música. Para que esa idea inicial fluya necesito primero descubrir música que defina, como yo le llamo, “mi mood del momento”, es decir, identificar mi  estado de ánimo y encontrar música que también me represente en ese momento. Esto no es fácil,  me gusta descubrir música nueva constantemente, crearme listas de reproducción nuevas, ponérmelas con mis cascos que me insonorizan hasta de un terremoto y meterme totalmente en mi interior.

A nivel más conceptual, me inspiran también las mujeres de mi entorno (amigas, familia, madres, ancianas), y en general las mujeres empoderadas, los mitos sobre mujeres o las diosas de distintas culturas. Cantantes (como Kali Uchis, Tay Money, Bad Gyal,  Kyne, Princess Nokia, Tommy Genesis, BIA o Rubi Rose), tanto por las letras, como por la parte visual son algunas de mis referentes. También escritoras u obras, como el libro “Luna Roja” de Miranda Gray. También me inspiran mis propias experiencias y mi  vida, mi propio camino deconstruyendo los moldes impuestos por otros en mí que no eran yo. En mis ilustraciones también se tratan,  con cierta ironía, o intentando desmitificarlas, temas como la religión, o emociones como la culpabilidad o el miedo que tenemos demasiado interiorizados. En cuanto a arte clásico las obras de Botticelli me atraen especialmente.

«Manos rezando porque en mi infancia estuve desde los 3 años a 4º de ESO en un colegio de monjas. Algo que para una mujer es duro, sobre todo porque la religión no nos lo hace pasar muy bien a las chicas y nos inculca valores desde la culpa y el miedo. En mi proceso de deconstrucción como persona y mujer para llegar a encontrarme realmente, también tuve que deshacerme de la culpa y el miedo, entre otras cosas. Esta ilustración me representa porque habla también de este tema de forma implícita, y a la vez, es muy explícita, pues es un autorretrato, y lo que se ve en la ilustración son mis manos dibujadas, es el mismo tatuaje que llevo de la Venus de Botticelli, que representa la sensualidad, el amor y la belleza espiritual como motor de la vida. La imagen dice “praying only for me”, rezando solo por mí.»

¿Qué tienen tus ilustraciones que no tienen otras? ¿Qué te caracteriza y define?

Considero que mis ilustraciones por supuesto, llevan mi sello y mi esencia, son un pedacito de  mí, pero también contienen a veces un toque de realismo o crudeza, una verdad, unos principios, mis principios.

Creo que lo que más me define es el uso del color, considero que he conseguido llevarlo a un terreno “muy mío”. Sobre todo en cuanto a combinaciones como el rosa y el naranja, o el rosa y el verde.  Las personas que siguen mi trabajo ya suelen identificarlos conmigo. También la unión del trabajo digital con el analógico y el uso de papeles característicos. Me gusta cuidar todos los detalles y el acabado de mis trabajos. No están pensados solamente para formatos digitales, si no también para materializarlos y en futuro me encantaría participar en más proyectos relacionados con moda o decoración.

«Dibujo digital pero con un toque pictórico, algo que considero que me representa mucho porque mezcla ambos mundos. Las flores son muy importantes para mí, pues considero que uno de mis “valores sagrados” es que todos somos y estamos en constante primavera. La primavera además del significado común que le damos a la palabra también significa y cito “tiempo en el que una persona o cosa está en su mayor estado de desarrollo, belleza o energía”. Para mí la vida es un proceso y es primavera, es la búsqueda de la constante evolución, mejora y cambio, es cada vez una mayor belleza a partir de lo que una misma crea en su interior. Yo soy primavera, Rumba Rumbita es primavera, porque todos los días se aprende.»

¿Cómo empezaste?

Pues en realidad comencé a explorar y experimentar al finalizar la carrera  de  Bellas Artes, pero en ese momento solo hacía cosas para mí,  no me atrevía a compartir aún mucha  cosa, o por lo menos no tenía el compromiso aún. Fue realmente cuando dejé la hostelería y decidí que quería dedicarme a esto cuando empecé con la cuenta de @rumbarumbitaa y me entregué  por completo. Invertí mi   último sueldo en comprar todo el material y los utensilios que necesitaba para volcarme de lleno con el dibujo digital, y tenía tantas ganas de hacerlo, que a día de hoy lo considero una de las mejores decisiones. Aunque los motivos por los que dejé mi trabajo fueron diversos y la recuperación fue complicada no me arrepiento de nada, todo fue un camino y me llevó al punto donde me encuentro en este preciso instante y creo que pasó así por algo.

Nos hemos conocido en una feria Ecoartesá ¿Qué  opinas  de  la organización de este tipo de eventos/coworkings?

Esta pregunta es bastante relativa porque todo depende del producto de cada unx. Personalmente, creo que están genial para darse a conocer, para mí es mi principal objetivo, llegar al mayor número de gente posible y atraer con mi trabajo a personas similares.

La organización depende de la feria, del sitio, del día que se organice, y a veces, incluso de la suerte de  cada  uno.  Así que, lo mejor yo creo que es probar, probar y probar. No rendirse y ver cuáles pueden funcionar y adaptarse mejor al producto de cada unx, y cuáles no.

¿Fue complicado inscribirte? ¿Fue beneficioso?

Es una forma muy buena de relacionarse con el cliente de forma directa y aprovechar para recibir consejos o sugerencias, además de ver si funciona el producto.

No, para  nada, la inscripción fue muy fácil. En este caso además la planificación era excelente. Nunca había acudido a una feria tan grande (éramos  más  de  150 vendedorxs) ni tampoco a un tan bien organizada.

Como digo, creo que siempre es beneficioso salir de casa y relacionarse, conocer a otras personas con las que puedes tener muchas veces cosas en común  y aprender. Quien no arriesga y no prueba tampoco se da la oportunidad de aprender. Y quiero aclarar que, desde mi opinión, no se trata solamente de la relación cliente-artesanx, es importante también conocer a otrxs artesanxs y comerciantes, pues siempre está genial hacer amistades y al final somos todxs compañerxs y debemos apoyarnos mutuamente.

¿Los recomiendas para otros artistas?

Sí, mucho. Creo que es una experiencia muy enriquecedora y animo a todas las personas que tengan alguna inquietud o propuesta novedosa que ofrecer a participar en algún mercadillo.

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